El desayuno perfecto: diferencias entre continental, mediterráneo y americano



A todos nos han dicho alguna vez que el desayuno es la primera comida y la más importante del día. Y, según la dieta de cada uno, los ingredientes del mismo pueden variar considerablemente. Cada país tiene su propia identidad en el servicio del desayuno,  pero... ¿cuáles son y en qué se diferencian?
Los desayunos más populares y que podemos encontrar en casi todas las cartas de los restaurantes están el continental, el americano (o inglés) y el mediterráneo. En ellos hay varios alimentos que son comunes —como el café, la leche o el té—, pero otros varían según usos, costumbres, alimentos disponibles y, por supuesto, tipo de clima del país en cuestión.
Desayuno continental: Es muy común en Europa y América Latina. Surgió en Estados Unidos a mediados del siglo XIX, cuando los hoteles americanos querían adaptarse a las costumbres de la clase media europea y latina, que cada vez empezaba a viajar con más frecuencia. Se trata de un desayuno de elementos simples y en el que no hace falta cocinar ningún plato, por lo que es más asequible para los hoteles y restaurantes. La bebida usualmente suele ser café, leche, té, chocolate o mate (este último en Sudamérica fundamentalmente), y un vaso de zumo de cítrico exprimido, normalmente de naranja. En cuanto a la comida, predominan las piezas de bollería (brioches, cruasanes, napolitanas...) y las tostadas de tomate (con aceite de oliva) o mantequilla y mermelada, siempre en función de la oferta del establecimiento.
Desayuno mediterráneo: Es parecido al continental, pero añade a los alimentos anteriores más piezas de frutas (sueltas o en ensaladas) e incluso otros lácteos, normalmente en forma de yogur. A medida que han ido cambiando las costumbres europeas se le han ido añadiendo también embutidos como el jamón serrano y la pechuga de pavo, quesos y cereales. Es un desayuno que aporta calcio, vitaminas del grupo B, vitamina D y vitamina C, pero que carece de proteínas.
Desayuno americano o inglés: No apto para personas con el colesterol elevado. Como su propio nombre indica es típico en los países anglosajones. Es más proteico, contundente y elaborado. Se compone (igual que los dos anteriores) de café, leche o té; aparte del pan, el desayuno americano tiene como elemento principal huevos y carne. Los huevos se preparan al gusto del comensal (fritos o revueltos) y las carnes por lo general son salchichas, tocino o bacon frito. También se le puede agregar alguna verdura. En la parte dulce hay otra diferencia: los hot-cakes, unas tortitas pequeñas calientes, a los que se les vierte miel o caramelo líquido. Los cereales (si son de colores mejor) tampoco faltan en un desayuno americano típico.

                                                                                                   Fuente: 20minutos.es

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